Demencias

Con el progresivo aumento de la esperanza de vida y la bajada de la tasa de natalidad propia de nuestra sociedad, la media de edad de la población va aumentando paulatinamente. Así pues poco a poco está viéndose un cada vez mayor aumento del envejecimiento de la población, siendo por tanto cada vez más frecuentes algunos de los trastornos vinculados con o agravados por la edad. Entre ellos están las demencias.

Se entiende por demencia al tipo de trastorno neurodegenerativo de origen orgánico el cual se caracteriza por una progresiva pérdida de una o más facultades mentales, que generalmente incluye la memoria junto con otras capacidades, las cuales interfieren con el correcto funcionamiento vital de la persona y le provocan malestar y pérdida de autonomía. 
Las deficiencias detectadas suponen un empeoramiento respecto a la actuación previa y no se dan únicamente en una situación de alteración de la consciencia.

Se trata de un tipo de trastorno crónico, progresivo e irreversible (si bien en algunos casos puede pararse el proceso degenerativo e incluso haber una recuperación completa o parcial, como en las causadas por hidrocefalia, intoxicaciones o infecciones) , producido por alteraciones en el organismo vinculados a una enfermedad, consumo de sustancias o deterioros y/o degeneraciones de los procesos cerebrales habituales. Además, sus efectos pueden variar según los TIPOS DE MEMORIA a los que afecten más.

En base a la localización de los daños podemos encontrar diversos tipos de demencia.

1. Demencias corticales

Se denominan demencias corticales aquellas en las que las principales lesiones son localizables a nivel de la corteza cerebral. Debido a la implicación de esta parte del encéfalo en el procesamiento de la información y el trabajo profundo a nivel de procesamiento de la información, dicha afectación produce la pérdida progresiva de funciones mentales superiores como el raciocinio, o la abstracción, así como la asociación entre estímulos y conceptos o la memoria. 
En este tipo de demencias suele aparecer en primer lugar una afectación de la memoria tanto anterógrada como retrógrada (en este último caso graduada temporalmente) seguida de lo que se viene a conocer como síndrome afaso-apraxo-agnóstico, en el que aparecen problemas en el habla, secuenciación de movimientos y reconocimiento de estímulos.
Algunos de las demencias corticales más conocidas son el Alzeheimer en sus etapas iniciales, las demencias frontotemporales, la enfermedad de Pick o la demencia con cuerpos de Lewy.

2. Demencias subcorticales

Las demencias subcorticales son aquellas en las que la afectación se da especialmente en las estructuras subcorticales, tales como los ganglios basales, el tálamo o el tronto del encéfalo Algunos de los síntomas más reconocibles son los vinculados un elevado nivel de enlentecimiento motor, la presencia de pasividad, falta de motivación, retraimiento, apatía, aplanamiento afectivo y alteraciones de los lóbulos frontales que provocan la pérdida de funciones ejecutivas.
Si bien también suele haber pérdida de memoria, en las demencias subcorticales esta es igual de grave independientemente del momento que se le pida recordar, teniendo en general un mala memoria retrógrada. La demencia derivada del Parkinson, del VIH y la Corea de Huntington son algunas de las más conocidas.

3. Demencias axiales

Este tipo de demencia afecta principalmente al sistema límbico, siendo sus síntomas principales el deterioro de la capacidad de aprendizaje y de la memoria de trabajo. Si bien no suele considerarse una demencia.

4. Demencias globales

Se trata de demencias en las que aparecen características asociadas a lesiones tanto en zonas corticales como subcorticales. Si bien en su origen las lesiones pueden estar localizados en ciertas partes del encéfalo, en la mayor parte de las demencias la degeneración de las estructuras nerviosas termina afectando con el tiempo a todo el encéfalo, como el Alzheimer.

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